jueves, 8 de septiembre de 2011

Una nueva experiencia: Proyecto 2011

Cuando volvíamos en el micro, de mi corazón brotaban muchísimos sentimientos y recuerdos. Y mi cerebro no llegaba a procesarlos. Traté de escribir algo pero me resultaba imposible ponerle palabras. Hoy, dos días después, no es muy distinto. Pero voy a intentarlo.
De movida, hubo algunas cosas que fueron cambiando con respecto a la experiencia del año anterior. El cronograma de actividades nos lo enviaron desde Nueva Pompeya unos días antes de partir. Nos enfrentábamos a algo distinto, pero al mismo tiempo nos encantaba como estaba planteado. Con Lau y Adri nos miramos, y no hicieron falta muchas palabras. Decidimos abrirnos a lo que el Espíritu nos animara. Más aún cuando el grupo había demostrado muchas ganas de trabajar, de hacerlo como una unidad, con muy buena onda y espíritu solidario.
Las actividades comenzaban temprano. 6.30 nos levantábamos y 50 minutos más tarde partíamos caminando hacia la Escuela Bilingüe Intercultural Cacique Francisco Supaz, que queda en el Paraje El Sapo. 5 km que repetíamos al finalizar la mañana. En la Escuela Realizamos varias actividades con los niños y jóvenes Wichí. Casi todas ellas, como habíamos previsto con docentes y directivos de la escuela, con la finalidad de intercambiar rasgos culturales propios de cada grupo. La gente del Mar, y la gente del Monte. Con sus leyendas, mitos, espiritualidad, costumbres... Todo lo que permitiera conocernos mejor. Divididos en grupos trabajamos con los niños de jardín, hasta los jóvenes de 1º y 2º de secundaria (8vo y 9no EGB).

Trabajando con Arcilla.
El primer día, trabajamos con jardín y primaria. Por la tarde, con un grupo de jóvenes Wichí fuimos a caminar a orillas del Río Bermejito, descubriendo un hermoso paisaje. El segundo, compartimos con los chicos de 1ro el Proyecto de Recuperación de suelo. En un área a unos metros de la Escuela, plantamos Algarrobos. Esto implicó que un grupo hiciera mediciones, otro preparara las maderas para armar las protecciones para los brotes. Otro fue a buscar los plantines y un último cavó los pozos para plantar. Por fin, entre todos plantamos los algarrobos. Por la tarde conocimos la Misión Franciscana, la Iglesia del pueblo y compartimos la Eucaristía con la gente del lugar. El tercer día lo compartimos con 1º y 2º año de Secundario, y al mismo tiempo se hicieron actividades con jardín y primaria. Con secundario se trabajó fuertemente la interculturalidad. ¿Cómo es el mar? ¿Y la Gente del Mar? ¿Qué es el Monte? ¿Qué significado tiene para la cultura Wichí? ¿Cómo es la gente del Monte? Por la tarde compartimos una feria con artesanas y artesanos Wichí. Y cerramos las actividades con un fogón que se realizó con los jóvenes de 1º y 2º de secundaria, y el grupo juvenil de los Hermanos Maristas.
La emoción de la despedida.
Ese fue el esquema. Lo difícil es darse cuenta que una vez pasado por todo esto, no te querés volver. Parte de nuestro corazón quedó arraigado en suelo Wichí. Nuestros hermanos del Monte conquistaron el alma de la gente del Mar. Quedaron tendidos lazos que van más allá de distancias y ausencias. Es el amor que se hace diálogo, que se hace melodía, que se canta y se baila... El encuentro nos ha hecho crecer. Puedo verlo en los ojos de los jóvenes que se embarcaron en este proyecto. En sus ganas de volver a ir, o de quedarse más tiempo la próxima.
Queridos chicos y chicas, que Dios los bendiga y Gracias por animarnos a vivir esta experiencia.
Guille